Llega hasta mí un
correo en el que se cuenta que hay
autonomías en las que se está entregando, o se va a entregar, una factura
"informativa" del coste que ha supuesto nuestra visita al médico, de
la asistencia que recibamos en Urgencias, de la intervención quirúrgica que
hemos sufrido o de cualquier gasto que ocasionemos por ponernos enfermos. Todo
ello con la "sana"
intención de que tomemos conciencia de lo que cuesta atendernos, aunque seamos
nosotros mismos, con nuestros impuestos y cotizaciones los que pagamos.
El texto, que no tiene desperdicio, continua con una
propuesta que se hace extensiva y, que mi juicio debería aplicarse con urgencia a todos los cargos
públicos.
“YO PROPONGO QUE: Cada vez
que el rey, el presidente del gobierno, el ministro, el presidente de comunidad
autónoma, el diputado, el senador, el presidente de la diputación, el alcalde,
etc. etc. etc, se suba a su coche oficial, se le entregue la factura. Cuando
visite centros de mayores o colegios, engalanados especialmente para su visita,
que le entreguen la factura. Cuando asista a la multitud de fiestas,
recepciones, comilonas, que se organizan por cualquier cosa, que le entreguen
la factura. Cuando se suba en trenes o aviones para viajar en clase especial,
que le entreguen la factura. Cuando al empezar la legislatura le entreguen un
ipad y un teléfono última generación, que le entreguen la factura. Cuando
utilice el teléfono y la conexión a Internet y llegue fin de mes, que le
entreguen la factura. Cuando le hagan una magnífica aportación todos los meses
para un magnífico plan de pensiones, que le entreguen la factura. Todo ello,
claro, con la única intención de que "tomen conciencia" de lo que nos
cuesta a los ciudadanos mantener tantos cargos públicos".
A esta
propuesta yo añadiría otra. La de que, todas estas facturas nos las volvieran a
reenviar a los ciudadanos para que comprobásemos, con los datos en la mano, que
todo eso que para nosotros se traduce
en privaciones, para los políticos y altos cargos de nuestro gobierno equivale
a gastar lo que haga falta y mucho más.
Y puestos a proponer, propondría que sus
dietas y gastos los pusieran de su bolsillo hasta que la Administración
correspondiente, tal y como ha ocurrido en toda España con miles de proveedores
y trabajadores, les devolviera ese dinero al cabo de un año o dos o los que
fuera necesario. Para que tomaran conciencia de lo que es sufrir y disfrutaran
de la noble virtud de la paciencia. Y propondría que se suprimiesen los
decretos leyes y se sometieran a referéndum cuestiones de calado que afectan a
toda la ciudadanía, para que la democracia hiciera honor a su nombre y no se
convirtiera en lo que hoy es. Y propondría que hubiera una Ley de Transparencia
para todos los cargos públicos y quienes
la incumpliesen estuvieran vetados para
siempre para ejercer en ellos.
Al parecer tenemos EL DOBLE de políticos que el segundo país con más
políticos de Europa (Italia). Tenemos 300.000
políticos más que Alemania ¡con la mitad de población! Además, Alemania
está mucho más descentralizada que España. Alemania cuenta con 6 niveles
administrativos (Estado - Länder- Regiones Administrativas - Distritos -
Mancomunidadades -Municipios) y España sólo con 4 (Estado - Comunidad Autónoma
-Provincia - Municipio). Según cuentan hay 445.568 políticos en España (Año 2.011). Lo
que no es moco de pavo, ya que suman más que todos los médicos, policías y
bomberos de España juntos (165.967 médicos, 154.000 policías, 19.854
bomberos). Y todo este ejército, anárquico y burócrata, todo este gallinero
revuelto, a menudo con más apego al cargo que al trabajo, ni vela por nuestra
salud, ni arriesga su vida por salvarnos, sino que, como estamos viendo cada
día, nos hace la puñeta. Y como ejemplo más cercano me remito al actual Gobierno
que ha subido los impuestos a los ciudadanos y luego ha decretado la amnistía
fiscal a las grandes fortunas y el dinero negro, que ayuda a los bancos y
recorta prestaciones sociales a los más pobres y que, como es el caso de
Castilla-La Mancha, a pesar de la crisis, no duda en subir los sueldos de los
altos cargos de la Junta mientras lo rebaja al resto de funcionarios. ¿Para eso
queremos cerca de medio millón de políticos?. Por cierto, ¿sabía usted que un
diputado español cobra 2813 euros y a que a ese sueldo se le añaden gastos de
representación y de libre disposición, indemnizaciones, transporte, dietas y
comunicaciones, pudiendo doblar y
triplicar este sueldo?
Creo que va siendo hora que esas facturas de conciencia que han empezado
a llegar, se hagan extensivas a los políticos. ¿Hemos de suponer que ellos no
tienen conciencia?. ¿Quizás hemos de fiarnos hasta las trancas de sus buenas
palabras y no hacer caso de sus mentiras, corrupciones y elevados sueldos, en un país cuyo salario mínimo no llega a los 700 euros, y está plagado de mileuristas?. Resulta curioso ver como la clase política aplica a los ciudadanos una toma de conciencia que para sí misma no ejerce. Mal vamos cuando el Gobierno considera que no debe hacer ningún exámen de conciencia y solo les corresponde hacerlo a los demás. Sin esa necesaria autocrítica, difícil será que los valoremos.
Señores del Gobierno, mejor
empiecen por mandarse sus propias facturas y, de paso nos las envían a los ciudadanos. Prediquen con el ejemplo.
Después podríamos hablar. Que yo sepa nadie va al médico ni se opera porque si.
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